miércoles, 4 de noviembre de 2009





La vida de la revolucionaria modista que se diseño a sí misma






Gabrielle Bonheur Chanel defendería toda su vida un ideal estético que sintetizó en una entrevista para Harper’s Bazzar, en 1923: “La simpleza es el secreto de toda verdadera elegancia”. Desde muy joven, marcada por un origen humilde que tanta vergüenza le causaría, Coco Chanel declaró la guerra a las vestimentas femeninas recargadas, ostentosas, barrocas, llenas de vuelos y kilos de tela.


Cada centímetro, un signo exterior de la solvencia económica que de modo natural le fuera negada. Así cuando se encontró sabedora de su propio talento y buen gusto, al dictaminar para el mundo que los atavíos de la belle époque tenían fecha de caducidad, que las plumas en los sombreros, los tocados y los vestidos mismos, como paradigma de estilo, habían llegado a su fin, muy en el fondo, la niña pobretona sonreía: había encontrado un modo de poderse cobrar revancha.


Antes de ser Coco, Gabrielle Chanel había venido al mundo en 1883 en la ciudad de Saumur, en el departamento centro-occidental de Maine-et-Loire. Al registrar a la nena nacida en un albergue para indigentes, resultó que los funcionarios eran analfabetos y a duras penas alacanzaron a escribirla como “Chasnel”. Gabrielle tuvo otros cinco hermanos, uno mayor y cuatro menores. En 1895 Jean Devolle, su madre, murió de tuberculosis y el padre, Albert Chanel, dejó a los hijos en un orfanato para buscar dinero con qué hacerse la vida. En las vacaciones, Gabrielle pasaba tiempo con sus parientes, quienes la instruían en cómo tratar la ropa mucho mejor que las monjas del monasterio católico de Aubazine, donde ella vivía. El oficio de lavandera no le disgustaba, así que cuando cumplió la mayoría de edad, entraría a trabajar como ayudante de un sastre.


Convertida en una mujer madura, por muchos años Coco Chanel defendió una mentira sobre su vida para ocultar sus inicios difíciles. Según ella, al morir su madre, su padre viajó en barco a Estados Unidos para hacerse rico y fue enviada a vivir con dos tías lejanas que la maltrataban. Dijo además que su madre había muerto cuando ella tenía dos años -en realidad tenía doce- y cayó incluso en la tentación de restarse la edad, afirmando que había nacido en 1893 en vez de 1883. No le importó que le digan polémica, solo le importaba demostrar de lo que era capaz cuando cogía unas tijeras sobre la tela.


Osó vestir pantalones, prescindir de encajes, revocar unilateralmente las normas que dictaban que una mujer debía reverenciar a su hombre y de la noción misma de verse obligada a ser un ejemplo de vida; por ello no dudó en convertirse en amante de los aristócratas que pudieran ayudarla a construir su imperio, ni ser descarada en sus amistades con millonarios y políticos con el fin de garantizar su supervivencia. También fue colaboradora de los nazis, motivo por el cual fuera repudiada largo tiempo en su natal Francia.


Un hombre debe ser mencionado como primordial en la biografía de Chanel: Pierre Wertheimer. No fue su amante, pero si el hombre que ayudó a consolidar los inestables intentos de Coco por cimentar su imperio. Wertheimer vio en los productos como el Chanel N° 5 (lanzado en 1921) un rubro interesante de explorar y creó Perfums Chanel, una entidad en la cual Coco solo tenía un 10% de participación (ya que no era la principal accionista), Wertheimer 70% y Théophile Baden (creador de los célebres Galerías Lafayette) un 20%. Baden fue quien presentó a Wertheimer con Coco. Luego, tras la huida de Chanel a Suiza, Wertheimer poco a poco se haríadel control de House of Chanel, el consorcio de la diseñadora. Jacques Wertheimer, hijo de de Pierre, continuaría los negocios de su padre y Alain Wertheimer, hijo de Jacques, controlaría los destinos de la empresa desde 1974. En 1983, con la llegada de Karl Lagerfeld como máximo director creativo, La Casa Chanel emprendería un lento camino hacia el brillo de otros tiempos.


Esta mujer que inspiraba admiración y envidia, considerada una revolucionaria de la moda, será encarnada por Audreuy Tatou en “Coco antes de Chanel”, un filme que representa el origen de la leyenda. La interrogante que intenta resolver el filme es cómo una jovenzuela llamada Gabrielle, pobre y autodidacta, se valió de una personalidad fuera de lo común para convertirse en Coco Chanel, el símbolo de rebelión y libertad que conocemos como la “mujer de hoy”. Aunque pareciera que en 1971, a sus 81 años, ella misma murió buscando esa respuesta.


Fuente: ellos & ellas, por Sandro Mairata (2009, 07 de octubre)


viernes, 16 de octubre de 2009


El movimiento hippie es un movimiento que surge en los Estados Unidos en los años 60 tras la guerra de Vietnam como una manifestación pacifista. Este movimiento presentaba una nueva forma de vida y una subcultura que tenía como fin resaltar los problemas de la sociedad, cuestionándola y oponiéndose a ella, y presentar un nuevo pensamiento más libre, sin las restricciones de la sociedad contemporánea, en donde las personas pudieran expresarse como quisieran, vestirse como quisieran, consumir las drogas que quisieran. El movimiento creó todo un nuevo concepto y estilo de vida, y con él, una nueva moda: la vestimenta hippie.

Este movimiento es un movimiento joven que se llevó a cabo principalmente por adolescentes y jóvenes entra las edades de quince y veinticinco años. Los más adultos mantenían aún la seriedad de las generaciones anteriores. Una gran influencia de este movimiento fue la Generación Beats, de la cual se destaca el conocido poeta Allen Guinsberg, el creador de sus poemas más conocidos y controversiales “A Supermarket in California”. La Generación Beat estaba compuesta por un grupo de escritores que se oponía a los valores clásicos de la sociedad estadounidense de la época y apoyaban la libertad de sexo y sexualidad, el uso de drogas y experimentaban otros tipos de filosofías y religiones poco comunes en los Estados Unidos.

Con lo que respecta a la vestimenta hippie, ella representaba el tipo de pensamiento de esta nueva comunidad que estaba integrada especialmente por los hijos nacidos durante el baby boom en los Estados Unidos. La ropa y su estilo mostraban la rebeldía y la necesidad de liberarse de todas las restricciones sociales. La libertad era una de las bases fundamentales del movimiento hippie, y esto se expresaba en la vestimenta. Los hippies buscaban liberarse de las normas de vestimenta establecidas hasta ese entonces y se oponían a la producción en masa de todo tipo, y por esto, en vez de comprar sus prendas en las casas más conocidas de ropa, optaban por la manufacturación de prendas más rústicas, simples y naturales. Eran opositores del consumismo y el materialismo y la monotonía de las modas. Se rehusaban a vestir ropas que estaban de moda y a consumir lo mismo que todos los demás. Surge por primera vez el pensamiento de que las personas eran todas iguales a causa de la publicidad y de la influencia de las grandes marcas en la vida cotidiana. En los años 50, el tipo de ropa que uno vestía, según su calidad y su marca, era una señal de estatus social, y ése era uno de los conceptos al que más se oponían los hippies.

Otra de las filosofías que trataban de resaltar los hippies era el feminismo, y esto se expresa claramente en el tipo de ropa que usaban. Hasta ese entonces la sociedad se caracterizaba por ser una sociedad machista, aunque por lo general no se hablaba del tema. A pesar de que ya existían feministas que exponían sus pensamientos desde hacía muchísimo tiempo, como es el caso de la famosa escritora nacida en el siglo XIX, Virginia Wolf, hasta ese momento todo aquel con un pensamiento feminista, o toda mujer que no actuara como una “dama”, no eran aceptados por la sociedad. Hasta antes del movimiento feminista en los 60, las mujeres solían vestirse de una manera que estaba pensada para la satisfacción del hombre. Ellas debían ser caras bonitas detrás de sus maridos. Usaban corsés para resaltar la figura, mucho maquillaje, polleras mostrando las piernas y grandes escotes, y se peinaban voluminosamente. Los zapatos de tacón no podían faltar, y se preocupaban mucho por el resto de los accesorios y la imagen en general. Era esperado de cualquier mujer que solo tuviese preocupaciones de ese tipo. Pero en los 60 el pensamiento cambia, y la ropa también lo hace. La vestimenta hippie de las mujeres demostraba que ellas eran feministas. Muchas dejaron de usar corpiños, que se lo consideraba una prenda hecha para resaltar el busto. Tampoco usaban corsés y maquillaje. Los tacones desaparecieron para ser reemplazados por sandalias rústicas y aparecen de nuevo los vestidos largos, pero esta vez sueltos desde el pecho hasta los robillos. Las mujeres tampoco usaban productos para el cabello, sino que dejaban su pelo que creciera naturalmente. Sólo se ponían cintas o flores y se hacían trenzas.

Los hippies también tenían un estilo de vida nómada. Por lo general, viajaban mucho, y muchas veces lo hacían a dedo. Este tipo de vida también se veía reflejado en sus vestimentas, ya que era muy rústica y por lo general liviana, para no tener que lidiar con mucho peso. Además de esto, este estilo de vida hacía que la ropa hippie sea muy variada, ya que con los viajes, los jóvenes iban tomando telas, diseños y materiales que encontraban en los distintos lugares y que iban agregando a su vestimenta. Así también, sus accesorios se volvieron más sofisticados, combinando piedras y semillas que encontraban en sus destinos. Esta vida se basaba generalmente en viajes a la deriva. Eran muy libres con respecto a dónde iban a viajar. Dormían en carpas o en la calle y generalmente buscaban lugares en el medio de la naturaleza, en donde contemplar paisajes y disfrutar de la tranquilidad. Por lo general los hippies eran amantes de la naturaleza, vegetarianos y cuidaban el medio ambiente en gran medida.

En los hombres, el pelo largo era algo completamente revolucionario. Si bien ya se había empezado a ver esta moda entre los jóvenes desde la aparición de los Beatles, en la época hippie los hombres dejaban crecer su cabello hasta largos nunca vistos antes. También su vestimenta hippie era muy libre, y usaban colores exóticos que nunca antes se habían visto en hombres. También algo muy nuevo para la época eran las barbas largas. Esto iba completamente en contra de las tradiciones norteamericanas y por eso era algo tan característico de la moda hippie.
Dentro de la vestimenta hippie no había muchas diferencias entre los sexos. Los colores por lo general eran muy brillantes y alegres, demostrando el espíritu optimista y pacifista de los jóvenes. Las sandalias y prendas, así como los bolsos y todo tipo de accesorios eran por lo general artesanales, hechos con materiales naturales. También hacían gran uso del telar y del tejido en general para abrigos, sandalias, bolsos y gorros.


(Extraído de http://hippie.vestimenta2.com/)

viernes, 9 de octubre de 2009




AUTOR
Mónica Codina y Montserrat Herrero (eds.)
GÉNERO Ensayo
TÍTULO Mirando la moda. Once reflexiones
OTROS DATOS Madrid, 2004. 152 páginas. 10 €
EDITORIAL EIUNSA, Ediciones Internacionales Universitarias




Por Bernabé Sarabia (2005, 4 de abril)

En la presentación de esta obra, Mónica Codina afirma que “es difícil encontrar estudios académicos que se concentren en dilucidar el entramado cultural, social y antropológico que subyace al desarrollo de la moda en el mundo contemporáneo”. Si esta afirmación es cierta en general, en el caso español lo es todavía más. Para confirmar la aseveración de Mónica Codina basta visitar cualquier librería –entrar en la red también sirve– y curiosear el estante dedicado a la moda. Da lo mismo que se trate de una de esas, cada vez más escasas, librerías high brow de Madrid, Barcelona o Valencia o de una de las grandes superficies distribuidoras de cultura como Fnac, Crisol, Vips o El Corte Inglés. Apenas nada.

Los autores españoles constituyen una rareza en este campo del conocimiento. Como afirma Mónica Codina, el carácter complejo y a la vez superficial de la moda tiñe a todo lo que la rodea de un aire frívolo que parece asustar tanto a la aristocracia intelectual como a los recién llegados que buscan un hueco académico o literario.


Sin embargo, el vestir y sus aledaños ha sido, y es, un indicador excelente de los cambios sociales. En un delicioso e interesante libro de conversaciones entre Eric J. Hobsbawm y Antonio Polito, Entrevista sobre el siglo XXI (Crítica, 2004), el primero de ellos reflexionaba sobre la globalización y se refería a la indumentaria como un referente de la asimilación cultural de las minorías en los países desarrollados.

La cultura que mejor ha entendido el tema de la moda ha sido la francesa. No sólo como un factor de peso económico en su producto interior bruto sino en lo que tiene de expresión artística o cultural. El antropólogo Marcel Mauss, sobrino de Emile Durkheim, uno de los fundadores de la sociología, ha dejado escrito que la moda “es un fenómeno social total”. Desde la literatura, Proust, Baudelaire, Mallarmé, Morand o Renoir han echado su cuarto a espadas. En la segunda mitad del siglo pasado las contribuciones de Roland Barthes y de Pierre Bourdieu han sido esenciales.

En 1967 Roland Barthes da a la imprenta “El sistema de la moda”, un texto en el que, como él mismo afirma en el prólogo, lleva a cabo “un análisis estructural del vestido femenino tal y como hoy se describe en las revistas de moda”. También bajo el paraguas de la semiótica -Umberto Eco seguirá sus pasos- lleva a cabo un esclarecedor análisis del vestido y de su relación con el mundo. Posteriormente, dará a la luz otros textos que, junto con distintos trabajos que arrancan desde 1957, componen un volumen insoslayable publicado por Paidós (2003) bajo el título El sistema de la moda y otros escritos.


La moda, como podemos leer en Mirando la moda, no se puede entender a partir sólo de la ropa, la moda hayque referirla a una actitud determinada ante diferentes situaciones. Lo que caracteriza a la moda son sus formas de cambio, cambio que acontece en plazos generalmente breves y regulados socialmente
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Ya en el siglo XXI, Gilles Lipovetsky ha seguido repensando lo que significa la moda. Bien es verdad que desde 1987, año en el que aparece en Francia “El imperio de lo efímero, su reflexión se descentra y su eje no está tanto en la moda como en el lujo. En el 2003 ha publicado con Elyette Roux El lujo eterno, una vuelta más a su pensamiento en torno al consumo como expresión del lujo en un mundo postmoderno en el que la moda sigue ocupando un lugar central.


Como saben muy bien en Francia, ahora que celebramos el centenario del nacimiento de Jean Paul Sartre y de Raymond Aron, la elite intelectual francesa está seriamente quebrada bajo el peso cultural del coloso norteamericano. En el universo de la moda, el último trabajo de Oscar Scopa, Nostálgicos de aristocracia, pone de manifiesto cómo Chanel y el universo de diseñadores de todo el mundo afincados en París han sufrido la honda expansiva del ready-to-wear y de los jeans norteamericanos.

La postergación francesa en el uso de su lengua en relación con el inglés, de su cultura expresada a través de la moda es, en definitiva, una forma de empobrecimiento. Sin caer en lo que una revista como Vogue pueda tener de frívola, lo cierto es que, como Linda Watson pone de manifiesto en Siglo XX Moda (Edilupa, 2004), después de respirar, comer, dormir y hacer algún otro par de cosas, uno de los placeres básicos del cuerpo humano es arroparse con vestidos. El considerar la moda como expresión artística y social de una época determinada es algo en lo que es fácil coincidir. Los ocho autores que han escrito los doce textos que componen Mirando la moda son conscientes de su importancia histórica. Por otro lado lo son también de su desarrollo como negocio que se expande en las aplicaciones del diseño, el cual se desdobla en mil aplicaciones de uso cotidiano.

En el consumo de moda el matiz ha cobrado un peso que antes no tenía. El matiz hay que leerlo como una derivada del gusto. El gusto es, antes que nada, algo personal y se desarrolla sobre todo en los detalles más que en las grandes líneas de la moda. El gusto no sólo se pone de manifiesto en la moda sino en cómo se lleva la moda
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Como afirma René König en La moda en el proceso de la civilización (Engloba, 2003), una revisión de su texto clásico de 1985, el objetivo de la moda es llegar al mundo a través de un constante proceso de comunicación. Dicho proceso de comunicación surge una y otra vez de modo espontáneo y está marcado por el lenguaje corporal.


La moda, como podemos leer en Mirando la moda, no se puede entender a partir sólo de la ropa, la moda hay que referirla a una actitud determinada ante diferentes situaciones. Lo que caracteriza a la moda son sus formas de cambio, cambio que acontece en plazos generalmente breves y regulados socialmente.

En la cultura globalizada de masas de las sociedades del siglo XXI, lo que tiene cada vez una relevancia mayor no es tanto el contraste como el matiz. El matiz está en la base de la creciente democratización de los países desarrollados y tiene importancia en los sucesos políticos –recordemos en España “el talante” elevado a categoría política por Rodríguez Zapatero.

En el consumo de moda el matiz ha cobrado un peso que antes no tenía. El matiz hay que leerlo como una derivada del gusto. El gusto es, antes que nada, algo personal y se desarrolla sobre todo en los detalles más que en las grandes líneas de la moda. El gusto no sólo se pone de manifiesto en la moda sino en cómo se lleva la moda.

Tal como se afirma en las páginas de este oportuno libro colectivo de profesores vinculados a la Universidad de Navarra, en la búsqueda apasionada de lo nuevo, la vida se supera a sí misma en una especie de autotrascendencia. El ser humano trata de escapar del círculo limitado de su presente. Busca proyectarse hacia lo extraordinario para franquear así la frontera entre el presente y el futuro. En este sentido, el adorno, la joya tiene en el campo de la moda un doble significado. En primer lugar, cumple la función de transformar y elevar a la propia persona ante sí misma. En segundo término, conforma una “distinción ante los demás”. El adorno, la joya siempre tiene un ojo puesto en la duración, tal como señalan con acierto Fernando Rayón y José Luis Sanpedro en Las joyas de las reinas de España.

Para cerrar este comentario, quizá convenga recordar a un gran sociólogo alemán de principios de siglo, George Simmel. Fue, junto con Thorstein Veblen, uno de los primeros en plantearse desde las ciencias sociales la importancia de la moda para entender el mundo. En su opinión, las personas aman la belleza y la moda con todo lo que conlleva de adorno y de expresión personal. La moda representa un ideal de belleza y, con mucha frecuencia, un acto de amor dirigido hacia los demás.

jueves, 8 de octubre de 2009


¿Eres psicólogo, historiador, antropólogo, artista o te interesa la historia del vestuario?


¿Quieres colaborar con la creación de una nueva revista?


Queremos contar la historia del vestido; su relación con nuestro contexto cultural y nuestro mundo emocional.


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Tienes plazo hasta el 30 de octubre.


miércoles, 7 de octubre de 2009



Cualquier mujer que haya intentado correr con una falda ajustada o pasear en bicicleta con falda corta, sabe que las mujeres usan pantalones por comodidad y libertad de movimiento. Sin embargo, los pantalones se incorporaron al guardarropa femenino hace poco tiempo.

Durante gran parte de la historia, lo usual para las mujeres era una especie de vestido o falda. Pero a mediados del siglo XIX, esta moda llegó al extremo. Las mujeres eran enfundadas en corsés ajustados para resaltar de manera absurda, e incluso peligrosa, un talle fino. Las faldas se abultaban con crinolinas, que debían ser sostenidas por jaulas hechas con crines de caballo o con metal, y dificultaban el movimiento normal a un grado extremo.
En oposición, la feminista estadounidense Amelia Bloomer diseñó una falda a la altura de la rodilla usada sobre unos pantalones anchos, inspirándose en el traje tradicional turco. Presentó esta prenda en su periódico Lily, pero no tuvo aceptación. De hecho, las mujeres que se atrevían a usar este traje eran severamente criticadas, sobre todo porque parecían demasiado masculinas. Los críticos pensaban que las mujeres que usaban estos bloomers, como se les llegó a conocer, podrían llegar a comportarse como hombres.

Como la mayoría de las mujeres que usaban esta prenda pertenecían al incipiente movimiento en pro de los derechos de las mujeres, esto representaba una amenaza definitiva. El intento de Amelia Bloomer por introducir esta moda en Europa no sólo fue recibido con burlas, sino con abierta hostilidad.
No fue sino hasta fines del siglo XIX que se difundió entre las mujeres el uso de los pantalones, pero, incluso entonces, sólo como traje para pasear en bicicleta, actividad que causó furor en la década de 1890 y marcó el lanzamiento de los knickerbockers, pantalones bombachos ceñidos a la rodilla.

Cuando las mujeres comenzaron a montar a caballo, a horcajadas, más que sobre la silla de montar lateral, en la década de 1880, la falda pantalón se puso de moda en Estados Unidos.
Para 1920, algunas mujeres usaban pantalones de montar; sin embargo, el principal liberador de la indumentaria femenina fue la guerra. Cuando durante las dos guerras mundiales se exhortó a las mujeres a trabajar en las fábricas y en otros lugares que solían ser exclusivos de los hombres, muchas adoptaron el uso de uniformes y overoles, prenda más práctica que de ornato. La moda incluía los pantalones para el trabajo pesado.

Quizá se esperaba que las mujeres regresaran a las labores domésticas y a atavíos más femeninos cuando los hombres regresaran al hogar; no obstante, fue difícil abandonar la recién descubierta libertad de usar pantalones, de manera que las mujeres continuaron usando pantalones, cortos y largos, por comodidad y conveniencia, con distintos grados de anuencia de la comunidad en general. Hoy día hay pocos países donde los pantalones no forman parte de la moda femenina cotidiana. Pero, extrañamente, en algunas ocupaciones y lugares aún se requiere que las mujeres usen falda o vestido.

martes, 6 de octubre de 2009



Al estudiar y analizar la moda, de forma holística, no podemos eludir el nombre de Levi Strauss, un joven inmigrante, nacido en el año de 1852, quien llegaría a convertirse en una referencia estilística casi obligada para la juventud de todas las épocas: pasadas, presentes y futuras. Este joven inmigrante, para aquel entonces, se dedicaba a trabajar, al igual que muchos otros muchachos de su edad, en las minas de California.

Este astuto, ambicioso e inquieto joven llegó a comercializar, en un primer momento, diversas “tiendas de campaña”, invento que le permitió a sus compañeros de labor descansar en la noche. Pronto se dio cuenta de que lo que realmente necesitaban los mineros californianos eran pantalones rudos que se adecuasen a las exigencias de su rudo trabajo. Y en 1.871 diseñó un pantalón con todas esas características. Ese prototipo fue denominado pantalón de Levi o Levi´s. En 1940 se quedó con la patente para remaches irrompibles, esencia presente en cada uno de los actuales jeans.

Los Levi´s han vivido parte de los grandes eventos que han marcado hito en la historia mundial: la construcción del ferrocarril en San Francisco, los traslados de los grandes ganados y la creación del “baby boomers”. Los muchachos de aquel entonces usaron hasta la saciedad la marca Levi´s, la cual los transportaba a un mundo familiar, positivo, rebelde, diferente. En fin, a su propio mundo.

“...Estos muchachos empezaron a crecer... y las ventas cayeron en picada. La solución al problema se tradujo en la creación de un nuevo pantalón apoyado en la esencia del legendario y primigenio modelo Levi´s. De esta manera, el tradicional jeans se fue adecuando a las exigencias de las nuevas generaciones. En este sentido, surgió el modelo Dockers, un pantalón tipo jeans que podía ser utilizado, po rtodos los hombres encantados por la marca Levi´s, como una magnánima prenda masculina de vestir. Estas dos marcas han compartido, prácticamente, toda una vida juntas”...

Valores de Levi´s

1- Simpatía. Se consigue porque Levi´s es capaz de escuchar, de descubrir lo que las personas quieren. Levi´s se preocupa del sentir de sus clientes , de sus valores, de su estilo de vida, de sus necesidades...
2- Original, auténtico. Levi´s nació y fue capaz de hacerse eco de los acontecimientos más importantes de la historia de la humanidad. Levi´s se adecuó e identificó, desde sus inicios, con todas aquellas personas que deseaban toparse con valores como la libertad, la independencia, la fortaleza de espíritu y la eterna juventud, esa que se lleva en el alma. Levi´s se convirtió en el catalizador y en el símbolo de todos esos valores.
3- Integridad. Levi´s propugna una conducta ética, socialmente con responsabilidades. Levi´s siempre cumple lo que promete.
4- Coraje. Coraje supone para Levi´s decir las cosa tal como son, tener convicciones y seguirlas hasta el final.

Levi´s ha sido capaz de crear alrededor de su marca un mundo real que le ha permitido a miles de personas (jóvenes y no tan jóvenes) crecer y compartir variopintas, inolvidables e interminables experiencias de vida.(http://www.hyphop.com/fashion/).

Una vida a lo cowboy

Otro insigne diseñador estadounidense que no podemos obviar es Calvin Klein.

Calvin Klein, de origen judío, nació en el Bronx neoyorquino en 1942. Fue de los primeros diseñadores en convertir la ropa interior y los vaqueros en prendas de moda. Con sus provocadores anuncios, revolucionó el mundo de la publicidad.

La simplicidad y las líneas minimalistas son las señas de identidad de Calvin Klein. Este diseñador, quien por mucho tiempo fue el rey de la pasarela americana, posee, además, otra arma secreta: sabe cómo provocar. Él fue quien lanzó al estrellato a la belleza anoréxica de Kate Moss. También fue el responsable de colocar en las vallas publicitarias, en 1979, a la bella y cautivadora adolescente, para la época, Brooke Shields. El slogan de aquel entonces decía lo siguiente: “¿Sabes lo que hay entre mis Calvin y yo?... Nada.”

Su papel en la evolución de la publicidad, gestado a raíz de sus agresivas campañas, fue clave para esta ciencia de vida. Klein fue también el promotor del casualwear.

Calvin Klein fue uno de los primeros en reinventar el vaquero y la ropa interior De pequeño, aprendió, por sí solo, a coser y a dibujar figurines, técnicas que depuró en las escuelas de moda más prestigiosas de Nueva York. En 1968 creó su propia marca, una empresa gigantesca que ha sido extendida por el Viejo Continente y por toda América. Klein ha sido galardonado en seis ocasiones con el premio del Consejo de Diseñadores de Moda Americanos”...

No cabe duda de que la influencia de estos dos colosos diseñadores de la moda ha sido determinante para todo el planeta. Muchos jóvenes se han prestado, gratuita, orgullosa y espontáneamente, para difundir y lucir las prendas elaboradas por Levi´s y Klein, dos creativos diseñadores que supieron canalizar el espíritu y las necesidades de un sinfín de potenciales consumidores. Hoy en día, sus creaciones han sido adaptadas a los nuevos tiempos, de modo tal que éstas sigan causando furor en todo el globo terráqueo. Estas marcas, prácticamente, se venden por sí solas, pues los interesados en adquirirlas las buscan por doquier. Solo hizo falta posicionar un nombre en múltiples seguidores, y estos genios supieron, definitivamente, cómo hacerlo.

La moda quizás se apoya en un ideal hedonista, donde el verse bien y lucir (reconocidas marcas) lo que marca pauta en las grandes capitales del mundo se configura como una actitud harto fundamental. Sin embargo, no podemos obviar que este rasgo psicológico-conductual se ha erigido, especialmente en los jóvenes, como una impronta de vida, la cual no puede ser eludida por nadie. La moda se ha adherido al accionar político de todos los tiempos, a la cultura, a la música y al hecho social, premisas desprendidas a lo largo de la historia. Ya está claro que la moda ha estado presente en el desarrollo de los más grandes acontecimientos de la humanidad, pues, según como lo hemos ido descubriendo, ella data de tiempos remotos y ancestrales.

(Extraido de Tesis sobre la moda, del Master en Gestión Cultural Pablo E. Duarte: http://www.liceus.com/cgi-bin/ac/pu/moda1.asp)

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